¿Qué es? ¿Cómo se mide? ¿Es útil hacer un test?

Dr. Fermín Mearin

Dr. Fermín Mearin

Director del Servicio de Aparato Digestivo, Centro Teknon, Barcelona

Es malo tomar omeprazol

La simbiosis y la disbiosis intestinal

Durante las últimas décadas se ha producido un verdadero estallido de conocimientos sobre la composición e importancia de la microbiota intestinal. Hasta no hace muchos años, la mal llamado flora intestinal, parecía ser tan solo un acúmulo de bacterias y hongos que parasitaban nuestro organismo sin oficio ni beneficio (ni para los microorganismos ni para nosotros). Sin embargo, en la actualidad se sabe que la microbiota es un verdadero órgano, con muchas y muy diversas funciones: metabólicas, inmunológicas, antinflamatorias, etc.

Así, nuestro cuerpo está habitado por millones de microrganismos con múltiples actividades, la mayoría beneficiosas para nuestra salud. Entre tanto bicho, la microbiota digestiva, que va desde la boca hasta el ano, es la más abundante de nuestro organismo. Entre nosotros y la microbiota se produce una simbiosis en la que nosotros alimentamos a los microorganismos y ellos benefician el funcionamiento de nuestro cuerpo. Esta simbiosis ha llegado a un estado óptimo a través del paso de millones de años. No obstante, en determinadas circunstancia tales como la enfermedad, una dieta inadecuada, factores emocionales o tratamientos antibióticos (entre muchos otros), se altera esta situación de simbiosis y se produce la disbiosis1.

Pruebas para medir la microbiota intestinal

En el tubo digestivo conviven más de 2000 especies diferentes de bacterias, además de hongos y virus, en una relación amigable (simbiótica) con el ser humano. En el colon hay más de 400 trillones de bacterias, y se cree que hay aún más virus, aunque la inmensa mayoría de ellos no nos afectan directamente sino que controlan la proliferación y funciones de las bacterias. Los hongos también están siempre presentes, pero en menos abundancia. Las tres familias bacterianas predominantes en la microbiota intestinal son: Firmicutes (≈65%), Bacteroidetes (≈23%) y Actinobacteria (≈5%).

El problema es que no conocemos a muchos (la mayoría) de los microorganismos que pueblan nuestro tubo digestivo. Además, las técnicas para identificarlos son complejas, costosas y difíciles de interpretar. No es tan fácil como hacer un cultivo de heces y ver si crecen bacterias buenas o bacterias malas: muy pocos de los componentes de nuestra microbiota se reproducen en los medios de cultivo habitualmente utilizados en los laboratorios.

Es cierto que desde hace muchas décadas se han realizado pruebas en sangre, orina, heces, vagina, etc. para investigar posibles enfermedades infecciosas. Sin embargo, el estudio de la microbiota puede permitir obtener datos sobre otras muchas enfermedades no infecciosas.

Así, como se ha mencionado anteriormente, influye en trastornos metabólicos, inmunológicos o inflamatorios. Para conocer su causa, establecer su pronóstico y seguimiento, y poder dirigir de manera más específica un tratamiento, sería fantástico poder hacer una lectura precisa de la microbiota.

¿Qué información es importante obtener cuándo se estudia la microbiota intestinal de un paciente?

De acuerdo con las evidenciad científicas actuales estos son los parámetros fundamentales que deben ser evaluados cuando se analiza la microbiota intestinal humana: 1. Riqueza (diversidad) genética microbiana; 2. Estabilidad ecológica; y 3. Competencia funcional.

Riqueza (diversidad) genética microbiana

La microbiota es un excelente ejemplo para cualquier otra comunidad. Se sabe que cuantas más, y más diferentes, especies conviven mejor es el resultado para la salud. Esta es una regla que aplica para cualquier ecosistema (incluida la sociedad humana) y no es más que el resultado de millones de años de evolución.

Para medir la diversidad de especies de la microbiota se utilizan diversos índices, que tienen en cuenta fundamentalmente su número y distribución. Otra posibilidad es la cuantificación de la riqueza metagenómica: número total de genes diferentes. De hecho, parece ser más útil cuantificar el número total de genes distintos que saber cuales son cada una de las especies específicas: es mejor saber cuántos miles de fans han venido al concierto que conocer el nombre de cada uno de ellos (es posible que alguno se haya colado pero la gran mayoría están por propia voluntad, han pagado la entrada y está, contentos).

Estabilidad ecológica

Cuando se investiga la microbiota de una determinada persona a lo largo de diversos momentos de su vida el resultado es más parecido entre los distintos momentos que cuando se comparan individuos diferentes. Este hecho indica que cada persona tiene una comunidad microbiana bastante específica y estable. Sin embargo, en un estudio muy importante (MetaHIT) se comprobó la enorme variabilidad existente entre los distintos individuos, y que menos del 10% de las especies estaba presente en todas los sujetos investigados. Por tanto, dada esa enorme diferencia entre las personas – aun estando sanas – se hace muy difícil establecer valores de normalidad de microbiota, y decidir cuándo los valores son anormales.

La estabilidad temporal de la microbiota de un individuo indica su adecuada interacción con el resto del ecosistema, siendo un signo de bienestar funcional. Las sinergias e interacciones entre los miembros del ecosistema, así como las condiciones del huésped (secreciones, dieta, antibióticos, tránsito intestinal, etc.) son los determinantes fundamentales de mantener y recupera este balance.

Por tanto, la estabilidad es un signo de salud del microbioma intestinal, mientras que los cambios y desviaciones indican la necesidad de intentar reparar un ecosistema alterado.

En resumen, la información obtenida de una única muestra fecal puede no ser ni suficiente ni consistente, siendo preferible conocer cuál es la variabilidad temporal de la microbiota.

Competencia funcional

Al final, la microbiota no es importante por si misma si no por las funciones que desempeña relacionadas con sus actividades metabólicas y “trabajos para la comunidad”. De tal forma, microbiomas muy diferentes pueden tener una finalidad semejante debido a que distintas especies tienen actividades semejantes o a las diversas interacciones entre especies. Por tanto, para definir el estado de salud del ecosistema no es muy relevante conocer la lista detallada con nombres y apellidos de cada una de las especies; lo más importante es conocer bien las funciones que cubren entre todos los componentes.

Una contribución importante de la microbiota es la digestión de los sustratos endógenos y exógenos. Por ejemplo, la digestión de carbohidratos da lugar a la producción de ácidos grasos de cadena corta como el acetato, el propionato y el butirato, cuyas funciones metabólicas y nutricionales son fundamentales. La pobre diversidad en microbiota se asocia a una reducción de las especies productoras de butirato y a una mayor susceptibilidad a alteraciones digestivas.

¿Es útil hacer un test de disbiosis intestinal?

Actualmente se pueden encontrar empresas y laboratorios que analizan la microbiota (o lo que se conoce de ella), haciendo luego interpretaciones, más o menos acertadas, de los resultados. En la mayoría de los casos los datos están bien presentados (explicaciones extensas y colores bien elegidos) pero no se apoyan en datos científicos, ni son sinceros con los pacientes sobre las debilidades del examen. 

De hecho, la gran mayoría de conclusiones de estáis “test de disbiosis” se basan en hipótesis no demostradas, estimaciones poco científicas y recomendaciones no validadas.

A este respecto, cualquiera que se realiza unos de esos tests de “disbiosis intestinal” debería saber que:

  • Solo se investigan algunos de los microorganismos, no todos (“la foto” obtenida de la microbiota es muy incompleta”).
  • No es tan importante si un microrganismo está disminuido o aumentado, como si la función metabólica se ha alterado o no.
  • El hecho de que un determinado microorganismo haya disminuidos puede o no ser importante, dependiendo de si otro u otros son capaces de reemplazar su función.
  • No siempre que se confirma la escasez de un determinado microorganismo, por importante que parezca desde el punto de vista teórico, seremos capaces de sustituirlo. No existen probióticos, ni se ha demostrado su eficacia, para todas y cada una de las posibles deficiencias microbianas. (Ejemplo.: en un estudio de microbiota fecal se comprueba una disminución significativa de Akkermansia muciniphila; pues no hay ningún probiótico que lleve Akkermansia ni forma de darlo).
  • Los microorganismos no actúan de manera aislada, es la labor de conjunto la que importa (Ejemplo: hay tribus africanas con déficits muy importantes de microrganismos que nos parecerían imprescindibles al realizar el análisis; pues su microbiota y su salud es mucho mejor que la nuestra !!)
  • No siempre existe un clara relación entre el microbioma (los que están) y el metaboloma (lo que hacen).
  • No es necesario medir “todo lo que sabemos” sobre la microbiota. Muchos datos no serán útiles ni para el médico ni para el paciente, y solo conseguirán aumentar el desconcierto y el precio del estudio.
  • Es preferible seleccionar aquellos parámetros con interés clínico y saber cómo analizarlos (Ejemplo: De nada sirve conocer el nombre, teléfono y dirección de todos los miembros de un equipo de futbol, incluyendo titulares y suplentes, si su entrenador no sabe en qué demarcación juegan y cuáles son sus habilidades. El resultado puede ser una lineación con tres porteros, seis defensas y ningún delantero; difícil para ganar un partido).

Un test verdaderamente útil

Un test útil seria aquel que cumpliese las siguientes condiciones:

  • Método validado científicamente
  • Sencillo en lo posible
  • Fácil de interpretar por los médicos y pacientes
  • Con impacto en la toma de decisiones clínicas
  • Coste económico razonable

Indicaciones del test

  • Pacientes con diarrea crónica de causa no aclaradas, distensión/hinchazón abdominal, gases excesivos, dolor abdominal de origen incierto, ventosidades excesivas o muy malolientes, …
  • Pacientes con síndrome del intestino irritable que no responden a los tratamientos habituales
  • Pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (Crohn o colitis ulcerosa)
  • Pacientes con hígado graso o enfermedad hepática crónica
  • Pacientes con distensión abdominal por obesidad central y/o diabetes tipo 2
  • Pacientes con pólipos de colon recurrentes

    En la actualidad estamos investigando un test sencillo, fácil de interpretar, útil para tomar decisiones terapéuticas y económico.

    Este es un blog informativo, que no pretende servir de foro interactivo. Lamentamos no poder incluir sus preguntas y comentarios, y responder a sus dudas. Espero que le sea útil y gracias por su colaboración.